miércoles, 12 de noviembre de 2008

Noticieros o Noticiosos

Siempre discutí con mi papá si se dice Noticiero o Noticioso. De cualquier manera, lo que no tiene discusión, es que sea cual fuere la palabra correcta para nombrarlo, la función primordial de los mismos es informar. Últimamente he notado que esto se está perdiendo, sobre todo en cuanto se refiere a los noticieros del mediodía de Telefé o las tardes de Canal 13. Cada vez se agregan más secciones que poco tienen que ver con información, como la sección de cocina (????), el "paso revista" que hablan pavadas armando rankings que poco aportan a una noticia del espectáculo, o informes muy interesantes pero que nada tienen que ver con un noticiero, como los últimos de Canal 13 acerca de los científicos argentinos. Eso está muy bien, pero para otro tipo de programa.
Cuando uno llega de trabajar prende el Noticiero o Noticioso para informarse lo que aconteció en todo el día, que es bastante, y no para aprender a cocinar, para saber quien es el galán que se hizo la última cirugía de labios o quien fue Leloir. Si sobra tiempo de aire, úsenlo para otros fines. Hay mucho que hacer por este país y la televisión es el mejor medio para llegar a la gente.

viernes, 31 de octubre de 2008

Vidas Robadas: un final esperado


El final de Vidas Robadas fue el esperado. Todos juntos, todos felices. La mayoría de los malos, muertos; el resto, enamorados. La novela en todos sus capítulos me pareció excelente. El tema de la trata de personas fue muy bien "tratado", y ayudó mucho en la toma de consciencia de algo tan ajeno a muchos de nosotros.
Entiendo que las novelas deban tener finales felices, para no dejar un sabor amargo en el público. Pero creo que no hace falta para eso usar ese tipo de resurrecciones ilógicas como las de Bautista o Duarte.
El mismo recurso se utilizó en Resistiré cuando Echarri vuela en mil pedazos y después aparece enterito. Le quita credibilidad a algo que fue creíble durante todo el año.
En cuanto a la despedida en el teatro, me pareció que fue absolutamente desorganizada. Arana trataba de llevar la batuta pero no sabía ni a quien tenía que presentar. Y además, quien fuera el hilo conductor de esta historia, Juliana, se quedó sin decir una palabra.