viernes, 31 de octubre de 2008

Vidas Robadas: un final esperado


El final de Vidas Robadas fue el esperado. Todos juntos, todos felices. La mayoría de los malos, muertos; el resto, enamorados. La novela en todos sus capítulos me pareció excelente. El tema de la trata de personas fue muy bien "tratado", y ayudó mucho en la toma de consciencia de algo tan ajeno a muchos de nosotros.
Entiendo que las novelas deban tener finales felices, para no dejar un sabor amargo en el público. Pero creo que no hace falta para eso usar ese tipo de resurrecciones ilógicas como las de Bautista o Duarte.
El mismo recurso se utilizó en Resistiré cuando Echarri vuela en mil pedazos y después aparece enterito. Le quita credibilidad a algo que fue creíble durante todo el año.
En cuanto a la despedida en el teatro, me pareció que fue absolutamente desorganizada. Arana trataba de llevar la batuta pero no sabía ni a quien tenía que presentar. Y además, quien fuera el hilo conductor de esta historia, Juliana, se quedó sin decir una palabra.